A menudo, me preguntan sobre mi conexión con el trauma. Es una pregunta que me ha llevado a reflexionar sobre mi historia personal y el legado emocional que heredé de mis ancestros. Entre las historias que comparto, hay una que resuena profundamente en mí: mi experiencia con la transmisión intergeneracional del trauma en mi familia. Es una historia sobre mis raíces, sobre los dolores heredados y, más importante aún, sobre el camino hacia la sanación.

Más que una historia familiar

Mis abuelos fueron sobrevivientes y refugiados. Sus vidas estuvieron marcadas por adversidades inimaginables: guerra, desplazamiento, pérdidas irreparables y la lucha constante por reconstruirse. Aunque crecí en un entorno seguro y protegido, su dolor viajó a través de las generaciones, filtrándose en la vida de mis padres y, sin que lo supiera en su momento, también en la mía.

Este fenómeno es lo que hoy conocemos como trauma intergeneracional, el cual no solo se transmite a través de narrativas familiares o comportamientos aprendidos, sino que puede incluso reflejarse en nuestra biología. La ciencia de la epigenética ha demostrado que el trauma puede dejar marcas en nuestra expresión genética, influyendo en cómo reaccionamos ante el mundo y dando forma a la vida de las generaciones futuras.

Reconocer las heridas ocultas

Por muchos años, sentí el peso de esta herencia emocional. Se manifestaba en mi necesidad de estar siempre en alerta, de protegerme, de aferrarme al control como un mecanismo de seguridad. Sin embargo, no era consciente del origen de estos patrones hasta que inicié mi propio proceso de sanación.

Fue entonces cuando pude ver que estas conductas no eran simplemente parte de mi personalidad, sino estrategias de supervivencia transmitidas de generación en generación. Comprender esto fue el primer paso para transformar mi relación con el trauma y comenzar un camino hacia el Crecimiento Postraumático.

El poder de la sanación consciente

Sanar no significa borrar el pasado ni ignorar el dolor heredado. Se trata de reconocerlo, darle un espacio y elegir conscientemente cómo queremos relacionarnos con él. La sanación me llevó de regreso a mis raíces con una nueva perspectiva: en lugar de ver el trauma como una carga ineludible, aprendí a transformarlo en una fuente de fortaleza y resiliencia.

Si alguna vez has sentido que cargas con un peso emocional que no entiendes del todo, quiero recordarte que no estás solo. La sanación comienza con la conciencia, con hacer preguntas profundas: ¿Qué estoy cargando que no me pertenece? ¿Qué necesito soltar por mí y por aquellos que vinieron antes que yo?

Cuando nos tomamos el tiempo de explorar nuestras emociones y recuerdos, no solo estamos sanando nuestro propio corazón, sino que también estamos rompiendo ciclos de dolor y construyendo un nuevo legado. Un legado basado en el amor, la compasión y el crecimiento.

Rompiendo ciclos y creando un nuevo legado

Sanar no significa arreglar lo que está roto, sino abrazar nuestra totalidad, incluso con el dolor, y permitir que nos guíe hacia la transformación. El trauma, aunque difícil, nos deja valiosas lecciones sobre resiliencia, fortaleza y conexión.

Tienes el poder de romper ciclos y comenzar de nuevo. Y cuando lo hagas, descubrirás que el camino es uno de amor: amor por ti mismo, por quienes te precedieron y por quienes aún están por venir.

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Una herramienta para tu proceso de crecimiento

Como parte de este camino de sanación, me emociona presentar una nueva herramienta: el Cuestionario de Crecimiento Postraumático (PTG). Este cuestionario ha sido diseñado para ayudarte a identificar en qué etapa del crecimiento postraumático te encuentras actualmente. Es una herramienta sencilla pero poderosa que te brindará claridad sobre tu proceso de transformación y te ayudará a dar pasos más conscientes en tu camino hacia la sanación.

Recuerda, el dolor no tiene que definirte. Tú tienes la capacidad de transformar tu historia y de crear un futuro en el que el amor y la resiliencia sean los pilares de tu vida y de las generaciones que vendrán. La sanación comienza contigo.

Si quieres aprender más sobre la transmisión intergeneracional del trauma, te invito a seguirme en Instagram y LinkedIn, donde comparto consejos y herramientas útiles.