Tendemos a sentirnos atraídos por relaciones que reflejan los patrones emocionales de nuestro pasado, especialmente las mismas dinámicas familiares que tuvimos con nuestros padres. Nos demos cuenta o no, solemos atraer a personas que reflejan las mismas reacciones, heridas o experiencias no resueltas que hemos cargado desde la infancia.

Cuando estamos en una relación de pareja, generalmente seguimos uno de dos caminos: repetimos o reparamos las dinámicas que conocemos.

¿Repetir o reparar?

Al entrar en una relación nos enfrentamos a la siguiente elección: ¿repetimos o reparamos?

Repetir es el camino más fácil y familiar. Al repetir, caemos en los mismos patrones de siempre, incluso si no son saludables, y lo hacemos de manera inconsciente. Nos resulta cómodo porque es lo que hemos conocido toda la vida: evitar conflictos, sobrecompensar para sentirnos amados, reaccionar a la defensiva o aceptar comportamientos que no están alineados con nuestras necesidades o valores.

Reproducimos estas dinámicas porque nos resultan seguras en su familiaridad, aunque en realidad nos lastimen a nosotros mismos y a quienes nos rodean.

Reparar, en cambio, requiere conciencia y valentía. Nos pide observar honestamente estos patrones y elegir un camino diferente. Reparar puede sentirse incómodo porque nos desafía a adoptar nuevas formas de pensar, actuar y relacionarnos.

Es el proceso de romper ciclos y construir una relación más sana, no solo con nuestra pareja, sino también con nosotros mismos. A esto lo llamamos ser el personaje transicional en la familia: la persona que rompe el ciclo del trauma generacional.

La reparación es el camino del crecimiento

A menudo, este proceso de reparación es donde ocurre el verdadero crecimiento. Es el punto de partida para la sanación. Al elegir reparar, co-creamos con nuestra pareja una relación donde ambos se sientan seguros, apoyados y vistos. No se trata de evitar los desafíos, sino de enfrentarlos con consciencia. Reparar implica aprender a regular nuestras emociones juntos, abordar viejas heridas y sostenernos mutuamente mientras creamos una nueva narrativa.

El trabajo constante de una relación sana

Las relaciones saludables requieren trabajo continuo. No es una decisión que se toma una sola vez, sino una elección diaria: priorizar el crecimiento y la reparación en lugar de la repetición. Este compromiso con el cambio puede verse reflejado en acciones como:

Reconocer patrones: Reflexiona sobre tu comportamiento en la relación. ¿Estás repitiendo dinámicas familiares que no te benefician?

Comunicarte abiertamente: Comparte con tu pareja las heridas de tu infancia, expresa tus sentimientos y necesidades, incluso cuando te haga sentir vulnerable.

Coregulación emocional: Aprende a calmarte y a apoyar a tu pareja en momentos de estrés o conflicto.

Crear una nueva narrativa: Construye de manera consciente una relación basada en seguridad, amor y crecimiento.

Elegir reparar es elegir sanar

Optar por la reparación no significa que la relación se vuelva fácil de inmediato. El crecimiento es desafiante, y habrá momentos de incomodidad. Pero esa incomodidad es una señal de sanación: significa que estás saliendo de patrones antiguos y construyendo una relación donde tú y tu pareja pueden florecer juntos.

Repetir y reparar son dos formas en las que podemos entrar en una relación. Lo importante es ser conscientes de qué estamos repitiendo y qué estamos reparando. También es valioso honrar los tesoros de nuestros ancestros: las lecciones positivas que nos transmitieron nuestros padres y abuelos pueden ser una gran fuente de fortaleza para nuestras relaciones. Podemos llevar con nosotros la sabiduría de lo que hicieron bien y, al mismo tiempo, filtrar y transformar lo que ya no nos sirve, asegurándonos de no repetirlo en nuestro presente y futuro.

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La elección es tuya, y la oportunidad de crecer siempre está al alcance

Recuerda, sanar no se trata de ser perfecto, sino de avanzar. Pequeños pasos intencionales pueden ayudarte a construir la relación que te sostenga y te nutra. Al elegir reparar, no solo estás sanando el presente, sino también reescribiendo la historia de tu pasado y creando un futuro más brillante para ti y tu pareja.

Si quieres aprender más sobre las oportunidades de crecimiento que puedes encontrar cuando tomas la decisión de reparar en lugar de repetir patrones nocivos, te invito a seguirme en  Instagram y LinkedIn, donde comparto consejos y herramientas útiles.